El Banco de Inglaterra comunicó este jueves una subida de los tipos de interés al 2,25%, su nivel más alto desde 2008, advirtiendo que ésta no será la última subida si la inflación continúa haciendo mella en el bolsillo de los británicos. Tras este aumento, la primera ministra Liz Truss ha dado luz verde este viernes a una histórica rebaja de impuestos, la mayor en medio siglo.
El recién nombrado ministro de finanzas Kwasi Kwarten confirmó al parlamento que el impuesto de sociedades no se subirá al 25%. Se queda como está, en el 19%, el más bajo del G7. Se cancela también la subida de las cotizaciones de la seguridad social anunciada por el Gobierno de Boris Johnson. Se suspende el impuesto sobre los beneficios extraordinarios a la compañías energéticas que se implantó en junio y se rebaja el impuesto de transmisiones patrimoniales. Asimismo, se ha reducido la tarifa general del impuesto sobre la renta el próximo año y se ha fijado un nuevo tope máximo del 40% para las rentas más altas.
El gobierno confía en que la dinamización de la economía permita recaudar más impuestos para hacer frente a estas reducciones. Sin embargo, a corto plazo, el efecto ha sido que el rendimiento de los bonos de deuda británica ha alcanzado mínimos históricos.
Junto con las medidas de la Reserva Federal estadounidense, los ajustes aplicados por Gran Bretaña contribuyeron a la bajada de las bolsas mundiales de la semana pasada.
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