Starmer da ejemplo sobre cómo tratar a Trump
- Jose Luis Hernandez de Arce
- 1 mar
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El primer ministro británico Keir Starmer, parece haber tenido más intuición que otros líderes europeos a la hora de tratar con Donald Trump. Y es que las señales han sido claras y ha habido muchas.
Quizá la más sonada fue la reacción de Trump cuando Zelensky trató de presionar para incluir a la Unión Europea en las conversaciones de paz en la capital de Arabia Saudí, resistiéndose además a llegar a un acuerdo sobre los recursos naturales de Ucrania como mecanismo de resarcimiento a Estados Unidos.
Otra contundente señal se produjo esta semana, con un plantón en toda regla por parte del Secretario de Estado, Marco Rubio, a la Alta Representante de la Unión Europea en Política Exterior, Kaja Kallas, a quien le fue cancelado el encuentro con Rubio prácticamente sin previo aviso, una vez que la diplomática europea se encontraba ya en Washington. Kallas había declarado en las últimas semanas que en Estados Unidos se había implantado la narrativa rusa sobre la guerra, lo que no sentó nada bien en la Casa Blanca. Y es que, además, el Gobierno Americano otorga cada vez menos importancia a los representantes de la Unión Europea porque considera que no representa realmente a sus estados miembros.
Pero el contexto previo de la visita de Starmer incluye además algunas intervenciones pasadas de miembros de su actual gabinete que han llegado a calificar públicamente a Trump de fascista.
Con tanto viento en contra, no es de extrañar que Keir Starmer quisiera allanar su aterrizaje en Washington con un gesto contundente, anunciando, antes de la visita a la Casa Blanca, el mayor aumento en gasto militar del Reino Unido de las últimas décadas, hasta un 2,7% del Producto Interior Bruto, junto con el firme compromiso de involucrarse activamente en la seguridad de Europa aportando tropas de paz sobre terreno Ucraniano si fuese necesario.
Pero no contento con eso, Starmer también ha anunciado que parte de esa inversión en defensa se realizará a costa de cancelar ayudas al exterior, muy en la línea de los recortes que ya ha acometido Donald Trump con la cancelación de las inversiones de la Agencia de Ayuda al Desarrollo de Estados Unidos.
Con estas muestras de sintonía, llegó Starmer a Washington y su reunión con Trump, no sólo se desarrolló sin sobresaltos, lo que hoy día, se puede presentar como todo un éxito diplomático, sino que además obtuvo un compromiso preliminar para llegar a un acuerdo que evite los aranceles entre Estados Unidos y el Reino Unido. Qué diferentes hubieran sido las cosas si otros líderes europeos se hubiesen tomado tan en serio al mandatario americano.
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