El programa Erasmus es para muchos el gran icono de las oportunidades para estudiar en el extranjero y aprender idiomas. Y la popularidad del inglés en el mundo de los negocios convirtió al Reino Unido en un destino preferente para los estudiantes Erasmus, y en especial para los españoles.
Sin embargo, el gobierno británico ha decidido abandonar este plan de intercambio de estudiantes debido al coste que está suponiendo el hecho de que el Reino Unido recibe dentro de este programa muchos más alumnos de los que envía a otros países. Al parecer, este desequilibrio se debe a las pocas habilidades de los estudiantes británicos en idiomas extranjeros. Y es que, la facilidad para desenvolverse en inglés en todo el mundo parece desincentivar sus deseos de aprender esos otros idiomas.
Está previsto que este flujo desigual se mantenga en los próximos años, lo que implicaría un coste anual neto para estado británico de unos 300 millones de euros anuales. Y si se tiene en cuenta el periodo de 7 años por el que se pretendía renovar el programa, el coste supera los 2.000 millones de euros.
Nick Leake, uno de los altos diplomáticos miembro de la comisión del Reino Unido para asuntos europeos en Bruselas, ha justificado la decisión explicando que el gobierno británico se debe a sus contribuyentes y prefiere dedicar esos recursos a mejorar la educación de sus propios ciudadanos.
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