Ese gran experimento político, social y económico llamado Brexit continúa entreteniendo a todos.
Ante sus tensiones con algunos países miembros, la Unión Europea quiere seguir dejando claro que la salida no es un buen negocio. El Reino Unido, por su parte, se encuentra ante el reto de demostrar que sí lo es.
El foco está ahora en Irlanda del Norte, un territorio que, a efectos comerciales y aduaneros, mantiene una condición híbrida. Para algunas cuestiones está en la Unión Europea y para otras no. Lo cierto es que al Reino Unido nunca le ha gustado la idea tener una frontera aduanera con uno de sus propios territorios, y menos aún que las disputas sobre esa frontera las resuelva un Tribunal de Justicia Europeo.
Según algunos representantes del Reino Unido, la primera ronda de conversaciones sobre el Protocolo de Irlanda del Norte ha sido constructiva. Sin embargo, siguen existiendo grandes lagunas, en particular sobre el papel del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas.
La UE ha sugerido un paquete de reformas que reducirían los impactos prácticos del protocolo. Pero el Reino Unido quiere un cambio más fundamental, más allá incluso de la eliminación del Tribunal Europeo de Justicia como supervisor del acuerdo.
Y es aquí donde aparece el artículo 16 del protocolo, que permite suspender temporalmente partes del mismo si se producen serias dificultades o conducen a una desviación del comercio. Pero además, si una de las partes utiliza el artículo 16, la otra puede adoptar (entre comillas) "medidas de reequilibrio proporcionadas".
Las amplias interpretaciones que podría tener este artículo pueden incluso llevar a acciones unilaterales por parte del Reino Unido que Bruselas querría evitar a toda costa.
Se espera que los negociadores principales, Lord Frost, por parte del Reino Unido, y Maroš Šefčovič, representando a la unión europa, se reúnan a finales de la próxima semana.
Como antesala de esta reunión, el ministro de Relaciones Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, ha sugerido que las conversaciones tienen una fecha límite aproximada para finales de diciembre.
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