Primera rebelión en el gobierno de Starmer por el plan de recortes del gasto
- Jose Luis Hernandez de Arce
- 22 mar
- 2 Min. de lectura

El Primer Ministro británico se enfrenta a su primera rebelión en varios frentes: dentro de su gabinete, en el parlamento, y en algunos ayuntamientos donde ya han abandonado el partido laborista algunos de sus representantes.
Estos opositores dentro de su propia casa lamentan los planes “Trumpistas” de Starmer que en las últimas semanas ha anunciado varias iniciativas para reducir el tamaño del estado.
La semana pasada, el Primer Ministro anunció el desmantelamiento de un organismo autónomo, el Servicio Nacional de Salud (NHS) de Inglaterra, gestionado por unos 14.000 empleados. Y esta semana se anunciaron recortes en las prestaciones por baja laboral cuyo coste se ha duplicado en los últimos cinco años y donde hay claros indicios de fraude masivo. El objetivo es ahorrar más de 6.000 millones de libras sólo en esta partida.
Se espera que la viceprimera ministra Angela Rayner y el secretario de Energía Ed Miliband lideren la lucha contra este plan. Además, Miliband amenazó con dimitir porque la canciller de economía puso en cuestión el mastodóntico presupuesto asignado al organismo GB Energy para el impulso de las energías renovables y la agenda verde del gobierno.
De momento, el ala de Starmer en el gobierno está evitando el enfrentamiento directo con Miliband para no consumar lo que se considera ya su primera crisis de gobierno.
Pero Miliband no es la única figura emblemática del gabinete laborista que ha mostrado su rechazo a los recortes gubernamentales. La canciller de economía, Angela Rayner y el exlíder del partido laborista unieron fuerzas con la secretaria de Justicia, Shabana Mahmood, y la líder de la Cámara de los Comunes, Lucy Powell, para protestar colectivamente contra los recortes de gasto previstos de hasta el 11% en medio ambiente, gobierno local y justicia.
Según la prensa británica, personas cercanas al primer ministro perciben que Starmer se ha sentido "envalentonado" por las reformas del gobierno federal estadounidense que está acometiendo Donald Trump. Todavía está por ver si estas reformas se consuman en Reino Unido y la factura que puede pasarle a Starmer este giro político.
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