Preocupación entre los británicos por el anuncio de un impuesto de hasta el 100% para los compradores de viviendas extra-comunitarios.

El anuncio del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de una serie de medidas para limitar la adquisición de viviendas en España por parte de extranjeros extracomunitarios no residentes, incluyendo una subida de la carga fiscal "hasta el 100% del valor del inmueble" ha acaparado esta semana la atención de los británicos, situándose como una de las noticias más leídas en periódicos como 'Financial Times', 'The Guardian' o 'The Telegraph'.

 “Financial Times”, donde ésta fue la noticia más leída el día de su publicación, recuerda que España ha sido durante mucho tiempo el principal destino para los compradores británicos de casas vacacionales.

El gobierno español ha intentado relacionar estas compras con la especulación y la falta de vivienda de España buscando, en los compradores extranjeros, un culpable de la escasez de vivienda en España que el gobierno no ha logrado solucionar. Pero si analizamos realmente lo que significa esta medida, nos damos cuenta de que no sólo no mejorará el panorama de la vivienda en España, sino que además perjudicará a un sector que durante décadas ha impulsado nuestra economía y ha supuesto una importante fuente de ingresos fiscales.

En primer lugar, las viviendas que adquieren los británicos en su mayoría se sitúan en puntos concretos de España, principalmente en la costa, lejos de las grandes ciudades, donde es más grave el problema de la vivienda.

En segundo lugar, se ignora el hecho de que los británicos que adquieren viviendas en España tienen un impacto económico positivo y sostenido en la economía española pues gastan en España los ingresos que obtienen en su país. Esto significa que, en términos de balanza comercial, tanto la venta de la vivienda como el gasto que posteriormente realizan estos compradores son, técnicamente, exportaciones.

Un impuesto de la magnitud que apunta el gobierno podría borrar de una vez una parte sustancial de este motor económico en muchos lugares de España. Además, este anuncio se ha hecho en las peores condiciones posibles: sin concretar los términos ni el plazo para el impuesto y creando la incertidumbre que, todos sabemos, es el peor enemigo de la economía.

Con esta nefasta comunicación, es muy posible que en estos días de mal tiempo, los Británicos, que siempre han tenido a España entre sus principales destinos para comprar una casa de vacaciones, comiencen a buscar alternativas en destinos más amigables.