Reino Unido ha anunciado un acuerdo para unirse al proyecto de coordinación de defensa de la UE llamado PESCO. Se trata de una iniciativa de los Países Bajos que tiene como objetivo facilitar el transporte de tropas y armas de la OTAN en toda Europa mediante la reducción de trámites burocráticos.
Aunque parece un acuerdo bastante lógico, su significado para Gran Bretaña es trascendental, especialmente viniendo de un gobierno conservador que lleva en el poder desde 2010 y siempre se ha mostrado contrario a la idea de un ejército europeo. Durante las negociaciones del Brexit, Bruselas trató de firmar un tratado de asuntos exteriores y defensa con Londres, pero se topó con el rechazo rotundo del entonces primer ministro Boris Johnson. Sin embargo, Rishi Sunak, pese a su marcado euroescepticismo, ha optado por un enfoque mucho más pragmático.
Las negociaciones comenzaron en noviembre, y no ha sido un camino fácil para el primer ministro, que desde el primer momento se encontró con la oposición del núcleo más euroescéptico de su partido. Y es que muchos Tories ven en este acuerdo un movimiento irreversible que mermará la soberanía militar Británica y temen que sus objetivos no estén totalmente alineados con los de la OTAN.
Un argumento de peso que ha facilitado el apoyo del parlamento al acuerdo es que otros países fuera de la UE, incluidos Canadá, Noruega y los Estados Unidos, también participan en el tratado, que ya cuenta 68 proyectos. Entre otros, afecta medios marítimos y aéreos e incluso sistemas de ciberseguridad.
La llegada de Sunak a Downing Street está ayudando a generar confianza al otro lado del Canal de la Mancha y a impulsar el debate sobre una mayor cooperación. Este acuerdo de cooperación militar y la negociación del Marco de Windsor para acabar con los polémicos controles aduaneros posbrexit en Irlanda, son una muestra de ello.
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