El Reino Unido continúa liderando la ofensiva contra Rusia en todos los frentes posibles, a excepción de la confrontación militar directa. Entre las medidas en las que el país dio el primer paso, está el cierre del tráfico marítimo y aéreo a los rusos, y las sanciones contra los bancos, incluyendo el primer banco ruso. Ayer fueron anunciadas también sanciones contra altos mandos del ejército bieloruso, por su colaboración con la invasión.
Se han establecido bloqueos y sanciones contra algunos oligarcas rusos, aunque, en este punto, según la ministra de exteriores, Liz Truss, el gobierno se moverá con cautela, pues ya está encontrando resistencia de los abogados de ciertos magnates. Hay que tener en cuenta que algunos de ellos llevan años integrados e implicados en la vida civil y política del Reino Unido.
Además, desde el gobierno británico, se ha presionado a la petrolera British Petroleum para que se desprenda de su 20% de participación en la rusa Rosneft.
Esta semana Boris Johnson ha visitado Polonia y Estonia para ofrecer más apoyo y debatir propuestas concretas sobre la seguridad. Hace sólo unos días, el Reino Unido envió a Polonia equipos Sky Sabre, uno de los sistemas de defensa tierra-aire más avanzados del mundo. Estos equipos cuentan con un sistema inteligente de seguimiento que puede dirigir 24 proyectiles simultáneamente hacia otros tantos objetivos volantes.
A pesar de todo, en casa, el primer ministro tendrá que convencer a los británicos de que habrá merecido la pena el alto coste que, con seguridad, todas estas medidas tendrán para el bolsillo de los ciudadanos.
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