Los empresarios británicos muestran su preocupación por el presupuesto laborista
- Jose Luis Hernandez de Arce
- 17 nov 2024
- 2 Min. de lectura

Los líderes de las principales organizaciones empresariales han advertido a la canciller de economía, Rachel Reeves, que los primeros presupuestos generales presentados por el gobierno laborista supondrán la pérdida de puestos de trabajo y un significativo aumento de los precios de forma inevitable. Sin paliativos, acusaron a la ministra de no cumplir su promesa de estimular y hacer crecer la economía.
Y es que la canciller de economía incluyó en los presupuestos un aumento de 25.000 millones de libras en las cuotas de seguridad social de las empresas en su intento de equilibrar las cuentas.
De forma similar, los directores ejecutivos de algunas de las empresas más importantes de Gran Bretaña han acusado a los ministros laboristas de falta de compromiso con los objetivos de crecimiento y bienestar del país.
Una encuesta entre empresas realizada desde el anuncio de los presupuestos encontró que dos tercios de estas empresas tenían una opinión negativa y afirmaron que los presupuestos laboristas convertirían a Gran Bretaña en un lugar menos atractivo para invertir.
Asimismo, varios líderes empresariales que firmaron una carta dirigida al periódico The Times en el período previo a las elecciones apoyando al Partido Laborista ahora han expresado su enorme preocupación.
Aunque estas voces alertan de que todos los sectores económicos se verán afectados, se estima que los negocios minoristas canalizarán el primer y más directo impacto negativo sobre los ciudadanos, con la pérdida de empleos y la subida de precios.
En esta línea, el Consorcio de Minoristas Británicos, que representa a supermercados como Asda y Tesco y a cientos de otros minoristas conocidos, dijo en una carta dirigida a Rachel Reeves que sus miembros no podrán absorber el incremento de los gastos que les suponen los nuevos presupuestos. En concreto, Tesco se enfrenta a una factura extra de 1.000 millones de libras en los próximos cinco años, mientras que Sainsbury's, Morrisons y Asda también han expresado su preocupación.
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