La solución laborista para la economía: la mayor subida de impuestos de la historia de Gran Bretaña

Prácticamente desde su llegada al poder, el gobierno laborista del Reino Unido viene anunciando subidas de impuestos. Durante la campaña electoral dijo que serían sólo las subidas estrictamente necesarias. Pero una vez en el gobierno, acusaron a los conservadores de haber dejado un supuesto agujero de 22.000 millones de libras que luego no era tal. En las semanas siguientes, el nuevo gobierno laborista se dedicó a pintar una imagen cada vez más sombría sobre el estado del país y de los servicios públicos. Con esto, no hacían otra cosa que preparar a los ciudadanos para digerir lo que se avecinaba, pues la solución para todos estos males, ha resultado la única y la de siempre en la izquierda: subir los impuestos.

Pero no hablamos de cualquier incremento fiscal. Esta semana fue presentado en el parlamento británico el presupuesto de otoño con la mayor subida de impuestos en la historia del país.

Nadie se ha librado, desde las ganancias de capital, hasta el impuesto de sucesiones y donaciones, pasando por la subida encubierta del impuesto sobre las personas físicas que supone la congelación de los tramos de gravamen.

Nada más conocerse este presupuesto, la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria, un organismo independiente de vigilancia, afirmó que serán los trabajadores los que terminarán afrontando la carga de estos incrementos. El motivo, según este organismo, es que las subidas y, muy especialmente el incremento en las cuotas de la seguridad social de las empresas, probablemente tendrá un impacto negativo en los salarios.

Además, el gobierno no ha previsto que es muy probable que el estado termine recaudando menos de lo que estima debido al deterioro y el cese de actividad que, con seguridad, sucederá para muchas empresas como consecuencia de estas mayores cargas.

Y como colofón al hachazo fiscal, la canciller de economía Rachel Reeves, anunció un cambio en las reglas de endeudamiento, con el fin de endeudar más al estado y aumentar el gasto aun más, contraviniendo así una de sus más claras promesas electorales.

Como pueden ver, las recetas de la izquierda son preocupantemente parecidas en muchos lugares del mundo. Y su discurso también: desde que llegó al poder, Rachel Reeves ha repetido 77 veces que es la primera mujer canciller de economía de la historia del país (lo volvió a repetir al presentar el presupuesto).

Para los laboristas parece que no cuenta que su partido nunca ha tenido a una mujer como primera ministra, mientras que los conservadores han tenido ya tres.