La vuelta de Boris Johnson al escenario político desde que dejó su cargo de primer ministro no ha sido nunca una buena noticia para los Tories. Y esta semana ha vuelto a suceder.
Una comisión parlamentaria está investigando la gestión que el ex primer ministro realizó durante la pandemia y solicitó esta semana los mensajes de whatsapp de Boris Johnson durante esta etapa.
La primera reacción fue la del actual primer ministro Rishi Sunak, que desafió a la comisión declarando su intención de recurrir ante la Justicia la orden de facilitar los WhatsApp y el contenido de los diarios y las agendas del antiguo jefe del Gobierno.
En esta línea, el Ministerio de Presidencia incumplió este jueves el plazo que la comisión le había dado para facilitar tanto este material, por considerar que no era "relevante" para la investigación.
Hasta aquí nada raro, salvo que al día siguiente Johnson comunicó que ya había enviado directamente todo lo solicitado a la comisión de investigación, incluso dijo que también le gustaría facilitar los mensajes que tiene en un antiguo teléfono que utilizó antes de abril de 2021, pero que dejó de usar en esa fecha por razones de seguridad.
Desde la oposición, la "número dos" del Partido Laborista, Angela Rayner, ha asegurado a los medios que el Gobierno "intenta desesperadamente ocultar pruebas". Por su parte, los demócratas liberales consideraron que la actitud de los Tories supone un agravio a las familias que perdieron a seres queridos durante la pandemia.
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