Kemi Badenoch no termina de despegar como líder de la oposición
- Jose Luis Hernandez de Arce
- 15 feb
- 2 Min. de lectura

Hace 100 días que Kemi Badenoch fue elegida líder del partido conservador con el proyecto de unificar a la militancia y superar el caos dejado por sus predecesores, un caos que les costó la derrota electoral en las elecciones de julio de 2024.
En una reciente encuesta de IPSOS, su labor al frente del partido conservador sólo alcanza el 19% de aprobación mientras que el primer ministro logra un 27%. Las dudas internas sobre el liderazgo de Badenoch son ya evidentes pues el gobierno, con una abrumadora desaprobación del 70% de los encuestados, está un momento de debilidad y confusión que los conservadores deberían estar aprovechando.
Sin embargo, la última encuesta de yougov.com ha supuesto una gran sorpresa para algunos y un verdadero susto para otros. Porque, por primera vez, la formación política de derechas llamada “Reforma”, liderada por Nigel Farage, ha conseguido situarse líder en intención de voto, dejando en segundo lugar al partido laborista y, atención, en tercer lugar a los conservadores.
Veamos cuáles pueden ser las causas de este giro político. Si echamos un vistazo a las preocupaciones actuales de los ciudadanos británicos, observamos que los dos primeros puestos los ocupan la economía, con un 39% de encuestados que la sitúa como el principal problema, y la inmigración, con un 33%. Se trata de cuestiones a las que, ni el gobierno ni la líder de los Tories, han logrado dar una respuesta contundente. Por el lado del gobierno, el presupuesto de otoño, con la mayor subida de impuestos desde hacía 40 años, instauró el pesimismo entre los empresarios. La economía se estancó en el último trimestre de 2024. La segunda gran preocupación de los británicos, la inmigración, cuya factura sólo en alojamiento y atención a los inmigrantes ilegales asciende ya a cerca de 1000 millones de libras, sigue sin solucionarse a pesar de que el gobierno ha lanzado una campaña estas últimas semanas en la que muestra una aumento de las deportaciones de inmigrantes ilegales, pero no a un ritmo superior al que llegan a través del canal de la mancha.
Los conservadores, que gobernaron 14 años con el mayor aumento de la inmigración ilegal de la historia británica, no parecen tener la confianza de los ciudadanos en este punto. Quizá por esto, los votantes han girado hacia el partido de la Reforma que propone la salida del Reino Unido de la Convención Europea de Derechos humanos. Según este partido, el marco legal de esta convención supone una atadura para el sistema judicial británico a la hora de aplicar las leyes que previenen la inmigración ilegal, especialmente en lo que se refiere a las deportaciones.
Queda por ver si las recetas económicas de este partido reformista también terminan convenciendo al electorado sobre la primera preocupación de los británicos.
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