Con una «gran tristeza»: Así expresó Rishi Sunak su estado de ánimo después de aceptar este viernes la renuncia de Dominc Raab, su segundo en el gabinete. Una investigación ha concluido que Raab actuó de manera «intimidante» e «insultante» contra algunos funcionarios públicos mientras ejerció como ministro de Justicia, que se comportó de forma «irrazonablemente y persistentemente agresiva» en algunas reuniones y que con frecuencia humillaba a los demás.
Pese a su renuncia, Raab criticó de forma contundente la investigación, diciendo que establece el umbral para la intimidación demasiado bajo, y se mostró en desacuerdo con el informe. A su parecer, la investigación sienta un precedente peligroso para la conducta de un buen gobierno.
Aprovechó para dar su propia versión de las quejas alegando que algunas personas se sintieron intimidadas ante sus numerosas preguntas, que sin embargo era necesarias al estar en juego millones de libras de los contribuyentes. No obstante, se lamentó de haber provocado que algunos trabajadores se sintieran intimidados u ofendidos por su lenguaje corporal. Raab ha contado con el apoyo de algunos diputados de sus filas, como Joy Morrissey, que tuiteó que «lamentablemente, ahora vivimos en un país donde la definición de intimidación incluye decirle a alguien que haga su trabajo».
En cualquier caso, el ya exvice primer ministro había prometido dimitir si la investigación concluía que incurrió en intimidación y, a pesar de no estar de acuerdo, ha cumplido su promesa.
La renuncia de Raab ha obligado a Sunak a reorganizar las piezas de su gabinete. Después de la renuncia, nombró a Oliver Dowden como su nuevo adjunto y a Alex Chalk como su nuevo ministro de justicia.
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